Construcciones, desviaciones y nuevas estructuras, el pan de cada día en el país del Medio Oriente
DOHA, QATAR.- El constante ruido de los martillos eléctricos, el sonido de los tractores y camiones que cargan materiales de un lado a otro, y los embotellamientos durante horas pico, han sido el “pan de cada día” de los habitantes de Qatar, que se preparan para dentro de diez meses celebrar el Mundial de la FIFA 2022.
Aunque el tráfico y el incesante barullo no es del agrado de todos, al final los qataríes han mostrado un gran orgullo por la primera copa del mundo organizada en el Medio Oriente.
Y es que el Comité Supremo para la Organización y el Legado (SC, por sus siglas en inglés) de Qatar se ha encargado de entregarles ocho bellos estadios a los habitantes locales para que los presuman ante el mundo. Mientras que trabajan en conjunto con la FIFA buscando que el máximo evento del balompié no solo se disfrute del 21 de noviembre al 18 de diciembre de este año, sino que también se goce una vida entera.
Durante los últimos años, la capital qatarí ha visto el surgimiento de grandes edificaciones, no solo aquellas donde las máximas estrellas del futbol jugarán, sino también hoteles nuevos, restaurantes, parques y muchos lugares que pasarán a ser parte de la vida diaria de los locales cuando se vaya el último turista mundialista del país.
La nación del Medio Oriente ha logrado hasta el momento pasar sobre cualquier obstáculo que se le ha puesto enfrente, ya que con un tamaño 35 más veces pequeño que el estado de California y apenas 2.5 millones de personas viviendo ahí, la logística de recibir a miles de fanáticos durante el invierno mundialista ha sido sorteada sin peligro por el comité organizador local.
Faltan todavía varios meses donde Qatar verá cómo se izan las banderas de todos los países participantes, mientras el claxon de los desesperados conductores suena alto, pero al final de este año, Qatar podrá presumir no solo que organizó el máximo evento deportivo del planeta, sino que además dejó un legado que sobrevivirá durante varios años en esta perla del Golfo Pérsico.