Alfredo Ortiz Uzcanga fue objeto de un homenaje por parte de la directiva de Toros de Tijuana en el Estadio Chevron
TIJUANA, Baja California (TorosDeTijuana.com-Armando Esquivel).- Alfredo “Zurdo” Ortiz fue la estrella de la noche al ser objeto de un homenaje por parte de la directiva de Toros de Tijuana, durante el segundo juego de la serie contra Diablos Rojos del México en los amigables confines del Estadio Chevron.
El veracruzano fue el encargado de lanzar la primera bola y contó con el respaldo de otras dos leyendas como son Maximino León, quien participó como receptor durante el protocolo y Vicente “Huevo” Romo estuvo como bateador. Los tres son integrantes del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.
El segundo momento del homenaje fue al finalizar la quinta entrada cuando las luces del parque se apagaron para que en la pantalla gigante se proyectara un recorrido por la exitosa carrera de Ortiz Uzcanga, quien extendió su talento a lo largo de 26 temporadas principalmente con Diablos Rojos del México, donde es uno de las figuras más grandes.
El “Zurdo de Oro” también se enfundó con los colores de Olmecas de Tabasco, Tecolotes de Nuevo Laredo, Rojos del Águila de Veracruz, Cafeteros de Córdoba, Leones de Yucatán, Pericos de Puebla y Tigres Capitalinos.
Sus 255 victorias son la tercera cifra más alta en la historia de Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y está entre los mejores diez en ponches y cierres de juego.
Además de su extraordinario talento desde la lomita, el zurdo veracruzano nacido en 1944, fue un estupendo bateador que conectó 350 hits, entre ellos catorce cuadrangulares con 204 carreras producidas y un porcentaje general de .246 que es extraordinario para un lanzador.
La leyenda de 79 años siempre estuvo acompañado por Vicente Romo, Maximino León y Raúl Cano, quien fue el enlace para que el homenajeado hiciera el viaje a Tijuana.
Por su parte, el “Huevo” fue uno de sus más grandes rivales en el terreno de juego y uno de sus mejores amigos fuera del diamante.
Como todas las leyendas, Ortiz Uzcanga tiene su lugar en el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, donde es uno de los huéspedes principales desde 1993.
La visita de Alfredo Ortiz Uzcanga tuvo como marco la serie entre Toros de Tijuana y Diablos Rojos del México, el equipo de sus amores.