OPINIÓN

Lo que aprendí persiguiendo a Cristiano Ronaldo por todo Múnich

La leyenda portuguesa ha vuelto loca a Alemania, no solo por eliminar a la selección, sino porque todo mundo quiere verlo

MÚNICH, ALEMANIA.- Cuando una de las más grandes leyendas del futbol mundial está en una ciudad, los fanáticos del futbol se vuelven locos, no solo los aficionados que lo siguen en club y selección nacional, sino todos lo que amamos al balompié. Y este sábado tuve la oportunidad de ponerle “marcación personal” a una de las estrellas más grandes de este deporte, y esto es lo que aprendí persiguiendo a Cristiano Ronaldo por todo Múnich.

Para poner un poco de referencia, el astro portugués está hospedado a tan solo una cuadra de mi apartamento rentado en Alemania, por lo que he podido ser testigo de cómo volvió loca a la ciudad.

En ese mismo hotel se quedó el Inter de Milán antes de la Final de la UEFA Champions League y la conmoción no era tanta, las vallas eran pequeñas, la seguridad era mínima. Pero con Cristiano las cosas son diferentes y además de que se instaló una valla de dos metros de altura, también se triplicó la presencia policiaca. Incluso el miércoles cerraron las calles aledañas para la llegada del autobús portugués.

Por la mañana del sábado visité el hotel de concentración lusitano y hablé con Pablo de México, quién me dijo que vio como Cristiano salió y regaló algunos autógrafos y fotos para sus fans. También platiqué con Marta, portuguesa que ahora vive en Múnich, y me platicó como sus amigos se han vuelto locos con la presencia de Ronaldo en el Sur de Alemania.

Ya por la tarde ingresé al estadio Allianz Arena para las conferencias previas donde noté un CR7 alegre, tranquilo, con la seguridad que puede vencer a la Selección Española, e incluso bromeó de cuando tenía que traducirle a Lionel Messi del inglés a español durante las galas de FIFA.

Después nos trasladamos a los campos de entrenamiento del Bayern de Múnich, donde en la cancha principal un Cristiano entrenaba de buen humor pese a la ligera lluvia que caía sobre su cabeza.

Y para cerrar el día, volvimos al hotel de concentración y el astro portugués todavía se dio el lujo de saludar a la afición presente antes de entrar para concentrarse en su duelo con la historia este domingo en el Allianz Arena.

Lo que aprendí persiguiendo a Cristiano Ronaldo por todo Múnich: que el futbol es su gran amor y seguirá jugando hasta que su cuerpo le diga que no, que pese a su estatus de estrella ama a cada uno de sus fanáticos, que su respeto por Lionel Messi es grande y la guerra con él es inventada por los medios de comunicación, y también que andar de arriba para abajo en el Sur de Alemania es muy cansado y que seguirle el ritmo a un deportista de alto rendimiento no es la mejor de las ideas.

Manuel R. Medina

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