TIJUANA (INDE).- Ignacio “Cuate” Calderón se retiró en 1980 tras haber jugado con el Atlas su última temporada como profesional.
Jugó en tres clubes emblemáticos de la Perla de Occidente: Chivas, U de G (con quienes ganó un título de CONCACAF) y los Rojinegros.
Sólo le faltó haber pasado por el desaparecido Oro y por los Tecos de la UAG.
“Me vine a Mexicali”, recuerda. “De repente el Gobernador Roberto de Lamadrid se enteró que estaba aquí y se me dio la oportunidad de trabajar en la administración estatal, precisamente en la cuestión deportiva”.
En 1982 estuvo como Subdirector Estatal de Deportes en Baja California. “Fue una gran experiencia, duré un año, fue algo bonito para nosotros que nos gusta tanto”.
A finales de los 70, Zelada llegó del Club Rosario Central, para incorporarse a las filas del América, equipo que lo arropó y se convirtió en una de las grandes figuras de toda una generación.
“Me adoptó México, soy Mexicano también, pero también conservo mi argentinidad, tengo la doble nacionalidad”, dijo quien también formara parte del plantel campeón del mundo en México 86 como tercer arquero, al lado de Nery Pumpido y Luis Islas, al igual que el “Pelusa”, Diego Maradona, el adalid albiceleste que levantó la Copa en el Coloso de Santa Úrsula.
Calderón también tiene una gran historia. Jugó 60 partidos defendiendo el arco mexicano entre 1965 y 1974. En 1970, durante el mundial celebrado en México, registró el récord de 310 minutos sin recibir un gol en una copa del mundo cuatro años antes de que Sep Maier estableciera una nueva marca con la entonces selecciónde Alemania Federal en 1974, Peter Shilton con Inglaterra (501) entre 1982 y 1986 y desde luego, el italiano Walter Zenga quien registró 518 defendiendo la puerta “Azzurra” en 1990.
El tiempo ha pasado y la rivalidad simbólica que existe entre las Chivas y el América perdura, como en otras latitudes perdura la que han sostenido River y Boca, o Rosario Central y Newell’s también en tierras pamperas. Calderón y Zelada nunca se enfrentaron en un clásico, ya que el primero jugaría hasta 1974 con Chivas para emigrar después a Leones Negros.
Zelada se incorporó al América en 1979, tras haber sido “scouteado” por Panchito Hernández. Cuenta la historia que las Águilas iban por Ricardo “Oso” Ferrero, pero algo hubo en Zelada, que los convenció para traérselo a Coapa. Sin embargo, y muchos años después de haber defendido sus respectivos arcos, dos de los guardametas más queridos del fútbol mexicano mantienen una estrecha amistad.