Por: Antonio Ramírez Águila
ABUDHABI.- Si bien los clubes asiáticos han sido participantes muy discretos en los Mundiales de Clubes, estos también han protagonizado hechos y hazañas memorables, y unade ellas la estelarizó el Kashima Antlers al medirse al mismísimo Real Madrid en la final del torneo en la edición de 2016.
Bien dice el dicho, “no hay rival pequeño”, y ese es el caso del Kashima, que ocupa la sexta posición de la clasificación histórica del Mundial, ostentando un récord impresionante para ser un club asiático, con cinco victorias, cero empates y tan sólo una derrota en sus dos apariciones, acumulando un total de 12 unidades, una menos que el Monterrey y dos más que el América y el Pachuca. Y por si fuera poco, este club tuvo el honor de contar en sus filas con el astro brasileño Zico a principios de los noventa.
En su presentación, el Kashima Antlers dio la sorpresa al meterse a la semifinal del torneo y poner almundo de cabeza al humillar al Atlético Nacional de Medellín por un inesperado marcador de 3-0, avanzando así contra todo pronóstico a la final, donde lo esperaba el todo poderoso Real Madrid.
Y llegó el día en el que se encontraron el David y el Goliat, y como era de esperarse, los merengues se fueron adelante en la pizarra al minuto 9, pero la brava escuadra japonesa no se hizo menos ante el poderío madridista y tuvo el descaro de hacerle dos goles y remontarlos al minuto 52.
Sin embargo, apenas ocho minutos después, la alegría se esfumó cuando Cristiano Ronaldo marcó de penal para empatar, pero fue necesario llegar a los tiempos extra para definir el juego, también con un par de pirulos de CR7.
En esta edición, el Kashima Antlers sigue dando de qué hablar, echando por tierra el desmesurado orgullo de unas debilitadas e indolentes Chivas por marcador de 3-2, obteniendo su derecho de medirse de nueva cuenta al Real Madrid.
El duelo de mañana sin duda que tiene un sabor a revancha, y teniendo en cuenta los antecedentes, el club japonés no será un rival nada sencillo para el gigante español, por lo que está asegurando una nueva batalla épica entre el David y el Goliat.