Lo más increíble de los Juegos Olímpicos no es solo ver a tus atletas favoritos en vivo, sino que también es una oportunidad de admirar otra cultura y divertirte mucho
Acudir a un evento durante los Juegos Olímpicos es una experiencia increíble, estar en el mismo recinto que los mejores atletas del planeta es algo único que no hay palabras suficientes para describirlo, pero lo que no se ve en la televisión es lo que sucede entre tiempos, entre pausas, o en los momentos donde la TV corta a comerciales. París 2024 no es solo deporte, es cultura, es diversión.
Para poner un ejemplo, durante los juegos de voleibol de playa en el Champs de Mars debajo de la Torre Eiffel, pude llegar dos horas antes de mi evento y disfrutar de una vista increíble, tiendas de souvenirs y de comida, y de una atmosfera con fanáticos de cada rincón de la Tierra.
Además, pude disfrutar de los mejores voleibolistas del mundo, pero entre set y set el público se prende gracias al DJ que selecciona las canciones más famosas y un animador que pone a bailar a todos. Organizando la ola, invitándote a que levantes tu bandera, o simplemente juegos de aplausos, así es como el tiempo pasa más rápido mientras los atletas descansan. En París 2024 no hay ni un momento aburrido.
Y al salir, el desfile de fanáticos nos lleva hacia el metro mientras los voluntarios nos despiden y nos piden que volvamos pronto.
La cuestión cultural no se queda atrás. Gracias a su infraestructura, París cuenta con una gran cantidad de museos y lugares culturales que se han vestido de los Juegos Olímpicos. Así, en París 2024 podías tomar una clase de yoga afuera de la famosa piramide del Museo del Louvre, caminar al Hôtel de Ville y disfrutar del fan fest principal en un lugar arquitectónico increíble. En la calle puedes ver estatuas, monumentos, todo mientras disfrutas de unos juegos que serán para la historia.
La capital francesa es increíble, aquí los más grandes escritores y pintores se han inspirado durante cientos de años, los Juegos Olímpicos hicieron que la ciudad abriera aun más sus puertas, ya que París no es solo deporte, es cultura, es diversión.