Los aficionados tienen una oportunidad única de disfrutar a los mejores atletas del mundo y también los mejores museos del planeta en la Ciudad de las Luces.
Ir a un nuevo país para asistir a una Copa Mundial o unos Juegos Olímpicos siempre es emocionante. Las nuevas amistades qué harás, las comidas interesantes que probaras, y también las nuevas emociones que crearás en lugares icónicos que muchos quisieran pisar. Es por eso que este año, París es la perfecta mezcla de deporte y cultura.
La Torre Eiffel, el Museo de Louvre, el Hotel des Invalides, la Ópera Garnier, la Plaza de la Concorde, son solo algunos lugares icónicos de la capital francesa. Y para muchos fanáticos la oportunidad de poder visitar estos inmuebles durante los Juegos Olímpicos es única.
Mariana, mexicana que vive en Estados Unidos, aseguró que es una chance maravillosa “disfrutar de los mejores atletas y enseñarle a mis hijas lo que es París y la cultura que tiene. Aprender de la historia de las Olimpiadas, la verdad es increíble”.
Por su parte Alonso Hidalgo de la Ciudad de México está contento de que “se haya mezclado el deporte con la cultura. Me encantan las nuevas disciplinas que están entrando. En París puedes ver cosas muy antiguas y muy modernas; y ver como a artistas les dan oportunidades de mostrar sus talentos y compartir cultura y deporte”.
Días antes del arranque de los Juegos Olímpicos el Museo de Louvre fue transformado en una explanada para la práctica del yoga, mientras que en sus pasillos se llevaban a cabo ejercicios aeróbicos, con personas realizando estiramientos mientras la Venus de Milo los miraba de reojo.
Es así como millones de visitantes a la capital de Francia están aprovechando no solo para alentar a sus atletas favoritos, sino también para llenarse de cultura en uno de los países con mayor historia del mundo.
París es la perfecta mezcla de deporte y cultura, lo que se ha demostrado desde la ceremonia de inauguración y será gozado por propios y extraños más allá de la clausura de los Juegos Olímpicos.
