Nuevamente el calor y bondad de los mexicanos dan de qué hablar a nivel mundial
El vivir fuera de México no es fácil, nos falta el delicioso sabor de nuestras salsas picantes, las tortillas nos duran poco y no hay con quién bailar Payaso de Rodeo en las fiestas. Pero cuando un mexicano ve a otro mexicano fuera de nuestro país es increíble y lo más increíble es saber que en todo el mundo nos reciben con los brazos abiertos, por eso ahora con el inicio de los Juegos Olímpicos de 2024 es justo y necesario decir “París, je t’aime y a México aun más”.
Si pudiste seguir la transmisión de la ceremonia de inauguración de París 2024, te diste cuenta de la cantidad enorme de banderas tricolores adornando no solo los balcones de la Ciudad de las Luces, sino también portada por los 109 atletas que representarán a esta nación.
Pero para los que tuvimos la fortuna de estar aquí, caminar por las calles era ir cazando sombreros de charro que se levantaban orgullosos entre tantas cabezas. Los colores de la bandera también se veían y cada cierto tiempo escuchábamos los gritos de nuestros paisanos.
Justo antes del inicio de la Ceremonia de Apertura, mi idea tras arribar a la capital francesa era cubrirla desde el Centro de Medios, ya que yo no contaba con un boleto para entrar. Me daba un poco de coraje no poder estar ahí, pero el simple hecho de estar en la misma ciudad ya me ilusionaba. Y todo cambió con un simple texto.
Los mexicanos siempre nos organizamos en grupos de redes sociales para ayudarnos con nuestras dudas durante cada evento de talla mundial. Y muchos de ellos logran convertirse en hermanos, en familia y en personajes que vemos en cada competencia y nos hacen sentirnos como en casa. Pues así fue. A escasas cuatro horas del arranque de la inauguración, vi un texto en uno de los grupos que decía “vendo boleto para la ceremonia”. Por curiosidad le mandé un mensaje a este mexicano llamado José T. Sánchez, quien al preguntarle sobre el costo de esta entrada, terminó diciendo “te lo regalo hermano”.
Y así, con el cariño de mexicano a mexicano, pude presenciar la mejor ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, que estuvo llena de sorpresas, de increíbles muestras de organización y “show business” francés, y que culminó conmigo exclamando en voz alta: “París je t’aime, y a México aun más”.