Hoy cumplo un mes viviendo en Kazán, una ciudad 12 horas al Este de Moscú; el trato ha sido extraordinario, el frío ha sido extremo, pero hasta cierto punto agradable; y si de algo me he dado cuenta en estos casi 30 días, es que Rusia está acostumbrada a los reflectores.
Cada qué alguien me pregunta “¿qué haces en Kazán?”, les respondo que vine a cumplir con el objetivo de aprender el idioma ruso antes del inicio de la copa del mundo, y, sobre todo, ser el primer periodista deportivo latinoamericano en estas tierras. Y curiosamente, aquí es dónde me di cuenta que el pueblo euroasiático se encuentra acostumbrado a estar en el ojo del huracán, cuando siempre, y sin duda alguna, la siguiente pregunta es “¿la copa del mundo de qué?”.
Y ojo, no significa que el pueblo ruso se encuentre ignorante a lo que sucede a su alrededor. Cada parada de autobús, cada estadio y cada lugar turístico cuenta con al menos un anuncio sobre la Copa Mundial de la FIFA; pero la población local no solo ama el futbol, sino también les tiene amor a otros deportes como el hockey, el baloncesto y el voleibol, mismos que tienen millones de seguidores. Esto y un gusto enorme por las actividades físicas ya sean de verano o invierno, hacen que Rusia haya sido anfitriona de varias copas del mundo… no solo del balompié.
A estos campeonatos mundiales hay que sumarle que el pensamiento político de un país que convivió demasiadas décadas con el comunismo y que ahora se ha abierto más al mundo, siempre será extraño para todos los que vivimos en el continente americano. Por lo que este momento es la oportunidad única que busca esta nación para demostrar que son algo más que frío y vodka.
Ahora, a tan solo cien días de la Copa Mundial de la FIFA, este país se prepara para abrirle las puertas al mundo, permitiéndole conocer otra parte de su cultura, buscando tumbar ciertos estereotipos que por muchos años vivieron en las mentes de todos aquellos que vivimos en el mundo occidental y presumir ante el orbe los miles de años de historia que tienen como nación. Rusia está acostumbrada a los reflectores, aunque en realidad no los necesita, este es un país que brilla con luz propia pero que con la aprobación del mundo se encargará de que su resplandor llegue a cada rincón del planeta.
Manuel R. Medina es un periodista deportivo que por más de diez años ha cubierto Liga MX, Liga de Ascenso, NFL, NBA, MLB y otros deportes. Su trabajo lo ha llevado a dos copas del mundo, en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014; Copa América Chile 2015, Copas Oro, Juegos Olímpicos Río 2016 y la Copa Confederaciones Rusia 2017, además de numerosos viajes para dar a conocer la información deportiva de primera mano. En este momento se encuentra en Rusia para cubrir, antes que nadie, la Copa Mundial de la FIFA 2018. Puedes seguirlo en Twitter en @manuelmedina y en Instagram como @soymanuelmedina